12/10/13.
SALTA UN VIAJE A POCAS HORAS DE LA CIUDAD CAPITAL, NOS PROPONE UNA AVENTURA PARA LOS SENTIDOS.
En estos días podemos disfrutar de un paisaje único en el mundo, comparable, según los viajeros, al Himalaya.
Con una reserva hotelera del 85% y unos 10 mil turistas extranjeros, Salta se apresta a ofrecer sus actividades, paisajes y candor humano a los visitantes. Para comenzar, debemos decir que la ciudad Capital ofrece historia a cada paso del visitante, lo mismo que el Valle Calchaquí y la Puna salteña. Hacia la región chaqueña y de nuboselva, los paisajes cambian y los viajeros pueden vivenciar muchas de las culturas originarias que aún viven en la zona.
Pero es la inmensidad de la Puna salteña donde encontramos una honda raíz andina. Allí tenemos a la ciudad de San Antonio de los Cobres, a unas tres horas en automóvil desde la capital, rodeada de picos eternamente nevados, que se elevan a más de 4.000 metros. Y junto a ellos, extensos mares de sal y misterios como el “Cono de Arita”, que muchos dudan si se trata de una formación natural o la pirámide de una cultura desaparecida. También hallamos lagunas de altura repletas de flamencos y vicuñas que se mimetizan en el paisaje desértico. Comidas únicas, alimentadas con las aguas más puras, música, artesanías, aventuras, pero sobre todo la buena gente que sabe brindarse de corazón.
http://www.eltribuno.info/salta/331997-Otro-mundo-la-Puna-saltena.note.aspx
SALTA UN VIAJE A POCAS HORAS DE LA CIUDAD CAPITAL, NOS PROPONE UNA AVENTURA PARA LOS SENTIDOS.
En estos días podemos disfrutar de un paisaje único en el mundo, comparable, según los viajeros, al Himalaya.
Con una reserva hotelera del 85% y unos 10 mil turistas extranjeros, Salta se apresta a ofrecer sus actividades, paisajes y candor humano a los visitantes. Para comenzar, debemos decir que la ciudad Capital ofrece historia a cada paso del visitante, lo mismo que el Valle Calchaquí y la Puna salteña. Hacia la región chaqueña y de nuboselva, los paisajes cambian y los viajeros pueden vivenciar muchas de las culturas originarias que aún viven en la zona.
Pero es la inmensidad de la Puna salteña donde encontramos una honda raíz andina. Allí tenemos a la ciudad de San Antonio de los Cobres, a unas tres horas en automóvil desde la capital, rodeada de picos eternamente nevados, que se elevan a más de 4.000 metros. Y junto a ellos, extensos mares de sal y misterios como el “Cono de Arita”, que muchos dudan si se trata de una formación natural o la pirámide de una cultura desaparecida. También hallamos lagunas de altura repletas de flamencos y vicuñas que se mimetizan en el paisaje desértico. Comidas únicas, alimentadas con las aguas más puras, música, artesanías, aventuras, pero sobre todo la buena gente que sabe brindarse de corazón.
http://www.eltribuno.info/salta/331997-Otro-mundo-la-Puna-saltena.note.aspx
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