Algunas noticias sobre el Ramal C-14, el Tren a las Nubes y su zona.

lunes, 9 de septiembre de 2013

8 viajes fabulosos en tren

9 SEPTIEMBRE, 2013.
CADENA SER VIAJES



Han pasado más de dos siglos desde que el ingeniero británico Richard Trevithick hiciera funcionar por primera vez una locomotora de vapor. Desde entonces los ferrocarriles han evolucionado tanto que algunos han perdido ese halo mágico que tenía el viaje en tren en sus orígenes y que tan bien describieron en sus novelas y relatos Graham Greene, Agatha Christie o Paul Theroux. Sin embargo, todavía quedan muchos kilómetros de raíles cargados con el mismo romanticismo de aquellos primeros viajes. Ahí va una lista con algunos de los recorridos más fabulosos que se pueden hacer en tren.

1 – Bergensbanen



No es casualidad que aparezca en primer lugar en esta lista. Considerado (justamente) por muchos como el trayecto en tren más bello del mundo, el Bergensbanen -como se le conoce popularmente-, une las ciudades de Oslo y Bergen en una de las rutas ferroviarias más elevadas de Europa.

El orgasmo paisajístico a lo largo de los 500 kilómetros de recorrido es brutal: ríos, glaciares, montañas, torrentes de agua, nieve, e incluso fiordos.  Un éxtasis que alcanza su punto álgido al paso por el Parque Nacional de Hardangervidda, la altiplanicie más alta de Europa y un auténtico espectáculo de la naturaleza para el pasajero que observa tras las ventanas de su compartimento. Se trata de un viaje precioso tanto en invierno como en verano, aunque quizás la primavera sea el momento idóneo para hacerlo.

2 – Transiberiano



Se trata del recorrido más extraordinario que se puede hacer en tren hoy en día. De Moscú a Vladivostok cruzando el país más grande del mundo, 9.228 kilómetros a través de la estepa rusa en un trayecto que dura casi siete días y en el que se dan hasta cinco usos horarios diferentes. El Transiberiano es la mejor forma de empaparse de la cultura rusa, puesto que -sorprendentemente- apenas hay turistas y los compañeros de compartimento se convierten en la gran familia del viajero.

Aunque oficialmente el tren nº1 (Rossija), es el único que hace el recorrido de forma directa, lo que importa en este viaje no es el tren sino la ruta, incluso es recomendable hacerlo por tramos parando en ciudades como Novosibirsk e Irkutsk –con la correspondiente visita al Lago Baikal-.

3 – Nouadhibou – Zouérat: “El tren más largo del mundo”



Desde la arenosa y destartalada ciudad de Noadhibou, en la costa norte de Mauritania, parte un tren de mercancías dirección a la ciudad minera de Zouérat, en la parte más oriental del país. El considerado “tren más largo del mundo” –por longitud del convoy, que no de la ruta-, es uno de los secretos mejor guardados de África.

Compuesto por más de 200 vagones que se extienden a lo largo de unos cuatro kilómetros, resulta uno de los viajes más intrépidos que se puedan hacer hoy en día –que no el más confortable-. Todo aquel que se aventure a hacer este recorrido tan fascinante deberá ir provisto de ropa de abrigo para las frías noches saharauis y de un pañuelo para protegerse del sol y de las nubes de arena que de cuando en cuando levantan los vientos mauritanos.

Sin embargo, todo “sufrimiento” está justificado por poder disfrutar de la magia del Sáhara, de las noches estrelladas del desierto y de la gente tan maravillosa que se conoce en el trayecto. En el mundo aún quedan cosas auténticas, este viaje es una de ellas.

4 – El tren a las nubes



Desde la estación General Belgrano, en la ciudad argentina de Salta, parte uno de los recorridos ferroviarios más elevados del mundo: el tren a las nubes. Cuesta creer como en la década de los 30 del siglo pasado, el ingeniero estadounidense Richard Maury se las arregló para diseñar un trayecto tan rocambolesco -sin valerse del sistema de cremallera- por las montañas andinas, salvando los cerca de 3.000 metros que separan los 1.187 metros iniciales de la ciudad de Salta, con los 4.200 del punto más elevado.

La respuesta se va desgranando a lo largo de un recorrido no apto para viajeros con vértigo, en el que el tren hace arriesgados quiebros y zig-zags y cruza 13 viaductos que quitan el hipo. El viaje es lento, ya que el tren no supera los 35 km/h, por lo que cubrir los 217 kilómetros que separan Salta del Viaducto La Polvorilla lleva unas dieciséis horas

5 – El tren del té en Sri Lanka



Un tren de juguete implantado por los ingleses en la antigua Ceilán es una de las mejores maneras de recorrer las Tierras Altas, montañas en las que se cultiva el que probablemente sea el mejor té del mundo. El encanto de los ferrocarriles del siglo XIX, que son auténticos museos vivientes, mezclado con la grandeza de unos paisajes creados para el deleite visual. Recomendamos, sobre todo, la ruta entre Kandy y Ella, desde la comodidad del Observation Saloon.

6 – Ferrocarril Transandino



250 millones de dólares ha costado reacondicionar el viejo ferrocarril transandino, inaugurado en 1908 como una de las grandes obras de ingeniería civil del continente. Tras años de abandono, funciona tanto para recorridos turísticos en tramos concretos, como para viajar desde la ciudad costera de Guayaquil hasta Quito (unos 450 km). Una experiencia viajera más que recomendable. El tramo más espectacular es el de la Nariz del Diablo. La salida de Quito no es muy agraciada de paisaje, pero luego mejora y se divisan hasta 10 volcanes. Es además una buena opción para acercarse al Cotopaxi. Muy buen servicio y precios más que razonables.

7. Easter & Oriental Express



La compañía heredera del Orient Express, el mítico ferrocarril que unía desde finales del siglo XIX París con Estambul, tiene su propia versión asiática en el Easter & Oriental Express. Un tren que enlaza varias veces al mes Bangkok con Singapur a través de la península malaya, atravesando arrozales, bosques de palmeras y selvas tropicales.

Un tren que personifica el lujo asiático, y en el que los 132 afortunados pasajeros que pueden acomodarse en sus 22 vagones cruzan tres países (Tailandia, Malasia y Singapur) instalados en el mismo encanto y ambiente demodé del viejo Expreso de Oriente: maderas nobles, cabinas con baño privado, cubiertos de alpaca, manteles de hilo, cristalería fina, camareros por todas partes, chef francés en el fogón, cenas de etiqueta, pianista en el vagón-bar. En el Easter & Oriental Express el que sufre es porque quiere.

8. Golden Eagle Express (Ruta de la Seda)



Nombrar la Ruta de la Seda, la “Ruta” (con mayúsculas), es nombrar el itinerario más legendario, desconocido y evocador del globo terráqueo. Dos palabras que conjugadas traen a la imaginación caravanas de dromedarios cargados de mercancías preciosas por lugares de nombres tan sugerentes como Samarcanda, Taklamakan, Uzbekistán o Pamir. Exotismo, lejanía, Oriente-Occidente, viaje, ciudades desconocidas, desiertos y collados nevados, caravanserais y mercaderes, civilizaciones extrañas, mitos y leyendas: todo eso es la ruta de la Seda.

Todos estos ingredientes son los que nos ofrece el Golden Eagle Express, un auténtico hotel sobre ruedas de 5 estrellas ambientado como aquellos míticos trenes de época en los que viajar era mucho más que desplazarse de un punto a otro. Las antiguas caravanas de dromedarios tardaban entre dos y tres años en completar la travesía desde China hasta Constantinopla. Al Golden Eagle Express le ocupa tan solo 18 días cubrir la ruta entre Moscú y Pekín a través de las ciudades-oasis más famosas y los desiertos más bellos de Asia Central.

Descubre el mundo en tren o sin el, y disfruta de las vacaciones de tu vida más relajantes, exóticas, paradisíacas ¡o las que tu quieras!


Acerca de Carlos de Alba Herranz



Periodista y viajero. He visitado medio mundo, casi siempre mochila al hombro. Me encanta África, y una de mis mejores experiencias fue vivir en Nueva York. He escrito unas cuantas guías y artículos de viaje para diferentes editoriales. Actualmente tengo un programa de radio de viajes (Que No Te Lo Cuenten) en Radio CEV. Sigueme en @kalipo10
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